Si has estado navegando por las redes o librerías, incluso la televisión, te habrás dado cuenta que de repente todo el mundo habla de detox, limpiar el cuerpo, estar sano, superalimentos, y muchas otras ofertas para ‘vivir mejor y más’.
Pero claro, ¿para qué?
Vamos a aclararlo un poco.
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¿Qué es un detox?
Una detoxificación (detox) es un proceso o un período en el que el cuerpo libera toxinas o substancias dañinas.
De forma natural, el cuerpo ya tiene un sistema de desintoxicación con el hígado y los riñones. De todas formas, este proceso del cuerpo funciona de forma adecuada cuando los niveles de toxinas que ingerimos y producimos son bajos, y seguimos unos hábitos de vida saludables.
Es cuando nuestro cuerpo almacena grandes cantidades de toxinas, el hígado y los riñones se sobrecargan, se estresan, no funcionan de forma adecuada, incluso enferman a veces y es cuando nos tenemos que plantear seriamente llevar a cabo un programa detox. En este estado, las toxinas perjudican el funcionamiento del cuerpo.
Seguir un detox es la excusa perfecta para aprender a comer de forma más saludable y adquirir pautas saludables de hábitos de vida. Los resultados que hay que buscar son internos, los externos, de vernos mejor, son consecuencias de estar más sanos.
¿De dónde me vienen las toxinas?
Según la Wikipedia, la toxicidad es la capacidad de alguna sustancia química de producir efectos perjudiciales sobre un ser vivo, al entrar en contacto con él. Tóxico es cualquier sustancia, artificial o natural, que posea toxicidad (es decir, cualquier sustancia que produzca un efecto dañino sobre los seres vivos al entrar en contacto con ellos).
Por un lado, en el funcionamiento normal del cuerpo este ya produce toxinas, pero la mayor parte de las toxinas que almacenamos si no hacemos algo para impedirlo son toxinas que recibimos a través de:
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aire
sobretodo si vivimos en una ciudad o cerca de ella, dónde hay mucha combustión, fábricas, etc
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alimentos
si no comemos alimentos orgánicos, ingerimos pesticidas, herbicidas, hormonas, vacunas (a través de la ingesta de proteína animal)… Si nos alimentamos de forma orgánica, también consumimos toxinas, pero son en menor cantidad. Dentro de los alimentos, se incluyen las bebidas excitantes, los azúcares y las harinas, sobretodo blancas.
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drogas (alcohol también) y tabaco:
cuando ingerimos drogas, las cuales nuestro cuerpo no necesita para funcionar, este no sabe que hacer con ellas, e incluso tiene dificultad por deshacerse de estas substancias tan altamente tóxicas.
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productos del hogar y de cuidado personal:
aunque no lo creamos, por el olfato y la piel también absorbemos sustancias tóxicas.
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Estrés y emociones:
y por último, pero no por ello menos importante (para mi muy importante) son las emociones y el estrés. Todo lo que percibimos tanto de forma consciente como inconsciente va calando y depende de como lo recibamos, generaremos unos neurotransmisores u otros. Es decir, cortisol con el estrés, o dopamina con emociones que consideramos positivas, lo cual también genera toxinas y, además son adictivas.
Elementos del detox
A continuación propongo una lista de formas de llevar a cabo un detox. Para decidir cuál es más adecuado en cada situación es altamente recomendable contactar con un experto para pautar bien las necesidades de cada uno y la duración del proceso. El momento del año más recomendable hacer un detox es en primavera y/o en otoño, aunque hay muchos programas de detox en línea que los proponen para recuperar después de excesos, como fiestas de navidad, después del verano, antes del verano para la operación biquini, etc. De todas formas, este tipo de propuestas son más para contrarrestar los excesos y no para estar lo más sanos y limpios a lo largo del año.
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Dieta a base de zumos de frutas y verduras.
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Dieta blanda con muchas verduras, algunos granos y un poco de pescado
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Caldo depurativo a base de cebolla
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Bolitas de arroz integral con gomasio
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Sirope de savia
Se mejoran los resultados si se añade alguno o todos estos elementos:
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Sudación en sauna
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Cepillado del cuerpo o exfoliantes corporales
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Ejercicio físico suave. Andar es una muy buena opción. Pero también hacer yoga, pilates, nadar…
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Duchas de contraste de temperatura y acabar con una ducha fría
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Ejercicios de respiración
Y un elemento muy importante, el cual se olvida en la mayoría (o en todos) de programas de detox que se proponen es el realizar un proceso de coaching para estabilizar y equilibrar emociones y aprender a recibir los sucesos y experiencias de la vida de una forma más sana y neutra. Para mí, si esta parte, el proceso de detoxificación no es completo y se volverá a recaer a la enfermedad, acidificación del cuerpo, acumulación de toxinas, dolores, molestias, y un sinfín de síntomas. Para ello, el Método Demartini® juntamente con un proceso de coaching es ideal.